11.26.2008

Se pajean...

Escondidos detrás de sus estúpidas paredes doble cristal, sentados en gastadas sillas ergonómicas, esos infraseres que habitan en las secretarias, encerrados en sus jaulas como los chimpancés, no hallan satisfacción alguna en hacer eficientemente su trabajo, ni siquiera en hacerlo decentemente, tan siquiera en hacerlo. En lugar de ello, prefieren contagiar su amargura a cuantos acuden a sus ventanillas, y una vez hundida su víctima, se pajean como bonobos hasta arriba de éxtasis con sus atrofiados órganos de funcionario por debajo de la mesa pensando en cuantos infelices se irán hoy a la cama pensando en su incierto futuro, o en las horas y horas de papeleo que tendrán que volver a hacer por algún dato irrelevante o no explicado que les ha pasado por alto. No les importa el motivo que te lleve a la secretaria, no les preocupa que tu carrera, tu economía o el destino del mundo dependa de ellos. No, lo único importante es putearte hasta extremos sobrehumanos, tratarte como si fueses un animal molesto que se acerca a un semidiós omnipotente y dejarte tirado en un charco de tu propio meado cuando caes presa de la desesperación.


-Así se les queda la cara despúes de hundirte en la miseria, y mejor que no veáis lo que hace con las manos...-

"No todos son malos", "Es que están saturados", "Te has pasado"... ¡MAL! Sólo cuando has pasado tantas horas como para ver andar a tus putos nietos en las colas de secretaria, cuando te llegas a conocer los nombres de todos los amargados que habitan en la secretaria, cuando conoces tú más sobre el funcionamiento de SU propia secretaria que ellos mismo, sólo entonces me podréis decir algo, y ese infierno está reservado para unos pocos desgraciados, que ya sea por mala suerte, o porque se lo buscan (como es mi caso), acaban casi cada semana haciendo cola en frente de la maldita ventanilla, espada en mano, para tratar de conseguir un papel, o una convalidación, o cualquier otra cosa, que inevitablemente vendrá manchada de fluidos sexuales de burócrata, verdosos y con gotitas de tinta de boli. Y no quiera ningún Dios que acudas a la jaula de los de secretaria entre las diez y media y las dos menos cuarto, pues esta tan estrecha franja horaria es lo que se conoce como el "tiempo para almorzar", que en realidad es un periodo fundamental para estas criaturas, pues cubre dos funciones vitales para su supervivencia: el escaqueo (cuando se ve acorralado por preguntas que no puede esquivar, hace un movimiento ninja y se va a almorzar, dejándote literalmente, con la mierda en la boca) y el pavoneo (es necesario para alcanzar un estatus social elevado en su sociedad que puedan alardear delante de sus iguales de sus gestas y sus víctimas, pues sólo se puede llegar a la cima de la burocracia sobre los abotargados cuerpos de aquellos puteados hasta la muerte).
Pero los años de lucha me han descubierto algunas armas muy efectivas contra estas criaturas, pues al igual que contra políticos y creacionistas, volver sus palabras contra ellos les es mortal: armado simplemente con un papel, el apuntarte que te dijeron en la visita anterior puede ser decisivo para provocarles un coitus interruputs y más de un dolor de cabeza e, incluso, si hay suerte, desencadenar guerras intestinas entre ellos cuando entran en conflicto las ganas de joder de unos y otros. Ésto último es una imagen realmente bella: dos o tres (incluso 4 si no son LAS horas del almuerzo) infraseres, anormalmente erguidos sobre sus atrofiadas patitas unguladas, lanzándose sus propias mierdas unos a otros como los ya fallecidos chimpancés del Zoo de Valencia, para diversión del público general. Otro truco realmente útil es conseguirse una copia de la normativa vigente de aquello que te interese, estudiarsela (o al menos leerla y subrayarla) hasta dominar el tema más que ellos, lo cual es realmente fácil en según que secretarias, y atacarlos con sus propias armas, mareándolos, metiendoles prisa, confundiendolos hasta que se colapsan en el suelo balbuceantes, con sus cerebros chorreandoles por el oído.
Y si todo eso falla, mi remedio favorito: robar una cepa de algo muy contagioso y muy molesto (como una vibriosis que te provoque ulceraciones rectales del tamaño de un Donete o una variedad diarreica cantarina de la gripe común) y lanzarlo en sus pseudoherméticos cubículos.

11.23.2008

Momentos Publicitarios

Deliciosa, burbujeante, resfrescante,... contagiosa.

11.20.2008

Así deberia ser... ¡Spiderman 3!

Hoy retomo un proyecto largamente postergado pero nunca olvidado: sí, os hablo de “Así debería ser…”, mi peculiar revisión de las heces películas taquilleras con las que nos regalan cada cierto tiempo y que yo, como infraser que soy, no dejo de ver. ¡Pues basta de ser el indignado espectador silencioso! Para el primer artículo voy a hablar de lo que creo es el montón de mierda más grande y caro que se ha producido, rodado y estrenado en mucho tiempo, y uno que me afecta muy de cerca, siendo yo un autentico freak comiquero: Spiderman 3, o cómo meter tres villanos en una película y hacerla aburrida. Vamos allá...


El inicio en sí no está mal, se nos vuelve a presentar el personaje, sus asuntos con la pelirroja, su existencia “nerdesca”, sus problemas con su amigo Harry. Ahí empieza el primer fallo: nos presentan a Harry como un duende joven y moderno, con una katana de energía (ya la quisieran los caballeros Jedi) y un aerodeslizador de skater, que sale de la “Terrible Cámara de Gas Verde Que te Da Superpoderes” como si se tratase de un anuncio de Hugo Boss. ¡MAL!

Mi propuesta: pintar a Harry como lo que es, el hijo del supervillano, no un nuevo supervillano. Verlo arrodillado en la “goblin-cueva” de papá, tocando sus juguetes como un niño autista o un Norma Bates venido a menos, pero NO (y recalco el NO) salir a la calle a impartir justicia supervillanesca profesional.



-Si tu difunto papá se vistiese de mallas verdes y moradas también te quedarias así-


Con Harry arrullando la máscara de Papá pasaríamos a la escena de Central Park, dónde Peter y MJ se dicen sus cosas bonitas y, como si de un escupitajo se tratase, cae el simbionte, que es más listo que todo y ya enfila hacia el actor mejor pagado del reparto Peter. De nuevo ¡MAL! Reservémonos un poco el origen del simbionte.

Lo que sigue (el origen del Hombre de Arena, su hijita malita y la perifollada del anillo de boda) me parece conservable, aunque yo voto por un poco menos de lágrimas, que esta peli se ahoga en la llorera de los protagonistas (parece más el puto Dawson Crece que una de superhéroes).

Ahora si que viene algo infumable, la peleíta entre el Nuevo Duende y Peter Parker (que en esta peli se dedica a fardar de poderes en tetas en camisa como si no fuese con él lo de la identidad secreta), que acaba con Harry amnésico, pues en estas películas “conmoción cerebral” es sinónimo de “amnesia” y Peter, que, rendido, cae en su camita donde es violado poseído cubierto vestido por el simbionte y se despierta boca abajo (al menos no es una nevera con hielos y sin riñones…) ¡MAL! Pongamos que Peter va a ver a Harry por doceava vez, que ése no le quiere escuchar, pelean (mal, porque Harry es un flojeras sin poderes) y cuando finalmente este se calma y parece que atiende a razones… ¡BAM! El transbordador espacial Columbia pasa por la ventana toda leche (esto se justifica con alguna noticia televisiva al principio o incluso empezando la peli con JJ hijo en la luna recogiendo chapapote), y claro, Spiderman tiene que ir a ayudar. Hay fuego, explosiones, mucho humo y un gran ¡catacroker! cuando el transbordador cae al río ¿Hudson? Spiderman logra salvar a los astronautas pero se pringa de una extraña substancia que sale de la nave, y, como puede, llega a casa donde es amado por el simbionte, tal y como se ve (para los muy freaks, sí, es lo que pasaba en la serie de animación. Si es bueno, ¿por qué cambiarlo?).


-Vale, la idea es buena, per el dibujante no, ¿alguien más le ve cabeza de glande a Venom?-


Así, tenemos a Spiderman con el simbionte, Harry reconcomido, y Flint Marko arenoso.

Pasamos olímpicamente del asunto de “él mató a mi tío” y respecto al rollo de que Spiderman salva a Gwen de la grúa y por ello le dan las llaves de la ciudad y tal… ¡MAL! Gwen y él son colegas de clase, y amigos de la infancia, y al enrarecerse las cosas con MJ (que se ve devorada por los problemas del Héroe) empiezan a “verse”.


-Gweeeeeeen...-


Es cuando Spiderman es recompensado por si buen trabajo con la lanzadera que aparece el bueno de Eddie, el buen, patético, servicial y adulador de Eddie Brock.

Todo el resto con el Hombre de Arena robando y MJ rallándose a ojos vista y acudiendo a Harry mientras Peter se crece y se vuelve un chuloputas matón cualquiera, es tolerable (sin contar el bailecito). Así llegamos a Harry “socarrao”, MJ lejos, Gwen tonteando y Peter desesperado por quitarse la ropa (en el buen sentido) con Eddie Brock bajo listo para recibir el bukkake obsidiana simbionte.

Así, Eddie se nos cicla (muy importante para que Venom sea lo que debía ser, un armario ropero cubierto de chapapote y dientes Y un buen rugido de león) y empieza a amargarle la vida a Peter, acosándolo y persiguiéndolo a todas partes, mientras él intenta arreglarlo todo con MJ, dejando su tonteo con Gwen.


-Esto SÍ es un simbionte, y no lo que venden por ahi-


Y llegamos a la batalla final, con el Hombre Arena y Venom “reclutados” por Harry para matarlo, al que miden el lomo hasta que en el último instante Harry se arrepiente y se sacrifica por Peter, lo que mueve al No-Tan-Malo Hombre de Arena a cambiar de bando, y juntos, a derrotar a Venom, separando a Eddie del simbionte y cargándose a éste último, pero dejando a Eddie vivo y con un “reflejo azabache momentáneo en los ojos”, para futuras secuelas. Besitos, amor, reconciliación y ya tenemos final estilo Hollywood, ¡hasta con boda, si os apetece! Por supuesto, al pobre Hombre de Arena lo detienen, pero ya tiene en la cuenta lo que le pagó Harry así que todo acaba "bien" para todos, ¿no?



Y al final de los créditos, que al loco de la celda de al lado de Brock le ataquen tentáculos rojos y negros…




Eso es todo, si os ha parecido largo, ya veréis el de El Planeta de los Simios (la de Burton, claro).

11.17.2008

Odio

Imaginad que alguien, sin avisar, os clava dos agujas justo debajo de los omóplatos y os inyecta pus negra hirviendo a la cavidad pulmonar. Podéis sentir como esa negrura tóxica os oprime la caja torácica, como cada vez os cuesta más respirar, mientras el veneno se va filtrando por vuestros alvéolos y los va quemando desde dentro. Luego el dolor pasa al pecho, se infiltra en el corazón, haciendo que lata más fuerte y más rápido, como si en vez de latir alguien lo estuviese apalizando con una cañería oxidada.

Una vez invadido el corazón, la negrura pasa a la sangre y viaja a cada parte de vuestro cuerpo, distribuyéndose por él en oleadas. Se mete en vuestros ojos y os ciega con el latido espeso de la. Invade vuestros tímpanos y sólo oís el martillear de vuestras válvulas intoxicadas. Vuestras extremidades tiemblan descontroladas, como si cada nervio hubiese recordado de pronto que teníais Parkinson y quiere recuperar el tiempo perdido.

Y finalmente llega al cerebro. Quema y corrompe la membrana lo protege, su negrura infecta toda la materia gris. Le da un color pardo verdoso, algo enfermizo y descompuesto que os lleva a no poder pensar en nada con claridad, ni razonar, ni dialogar, ni nada, sólo podéis pensar en una cosa... el odio.


Así de contento estoy últimamente por las tardes…



…pensad en lo feliz que puedo estar cuando me levanto por la mañana para comerme el atasco matutino y otras lindeces de La Ciudad.