La canción no es exactamente así, pero ahora mismo tengo ganas de encender un Zippo del tamaño de la Luna en el Polo Sur y rezar para que nuestra atmosfera contaminada aún sea inflamable. Trato de intentar mantener un mínimo de interés por el mundo, pero cada vez cuesta más, así que pongo buena cara, soy una buena chica, y hago mi vida, gruñendo y maldiciendo cuando toca.
En un rato iré a ver el mar, lejos de los ruidos y los olores de la gente, y espero que al volver el mundo no siga teniendo ese aura de huevos podridos y piel leprosa. Eso, o que todos los habitantes de mi amada ciudad se hayan hecho el hara-kiri con una pala y hayan decorado las paredes de la calle en mi honor.
1.03.2009
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